Sigo escribiendo porque no lo puedo evitar. Tal vez lo hago por venganza. ¿Es necesario conocer el objeto de la venganza para dirigirla? No hay objetivos. La vida misma tal vez. Tal vez yo mismo. Es difícil, e irrelevante, averiguarlo. Sigo andando. Pensando. Buscando una forma de aterrizar. Porque me han dejado en el aire. Porque ya no soy el segundo hijo de un matrimonio medianamente feliz. Soy lo que se dice un huérfano completo, por no decir absoluto. Seguiré pues, seguiré.
Hasta que el mar nos de alcance.