Thursday, November 05, 2009

Clips y Sentido

Por alguna razón que aún no logro comprender he convertido a los clips en algo que no son. Comenzaron por servir como jueces en casos de indecisión. Cavilando entre A y B hasta encontrar un clip. Su presencia pone un límite. Debo decidir si la última opción, B por ejemplo, es la que seguiré. El clip no determina mucho, tan sólo detiene la deliberación. Si B no me atrae, tomo A y me olvido del resto.

Después, mucho después, se convirtieron en oráculos. Caminando peripatéticamente en torno a alguna duda terrible, destructiva, hasta que aparece el clip. No más preguntarse. La respuesta que se pergeñaba en el lóbulo frontal será la que habremos de aceptar.

Más tarde, mucho más tarde, mucho más recientemente, se han convertido en recordatorios. Caminando por Ann Arbor, arrastrando mis creencias, deseos, esperanzas y sospechas, hasta que aparece un clip. Y se confirma el recuerdo, y se mantiene la duda, y continúa la sospecha. Es como si el clip llevase consigo el rostro de alguien más, la impronta inigualable de alguna situación, algún momento.

Ahora me dedico a encontrar clips por todas partes. No dejan de tropezarse conmigo. Bajo las hojas del otoño, en las esquinas, reconociendo el centro mismo de un charco de agua estancada en la esquina, junto al hidrante, camino a casa, dando clase, huyendo de ella… No deja de aparecer el clip, los clips me abarcan.

¿Por qué esta necesidad de encontrar algo externo que nos de sentido? ¿Por qué creer que lo externo nos justifica? ¿Por qué creer en algo más que uno mismo?