El 18 de julio de 1994 la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) sufrió un ataque terrorista con coche bomba. El saldo fue de 85 muertos y 300 heridos. Por mucho tiempo no se supo nada. Doce años después del ataque, en 2006, se lanzan pedidos de captura de seis personas, entre las cuales se encuentran miembros de Hezbollah, jefes de inteligencia iraní, ex-diplomáticos iraníes en Argentina y hasta miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán. Diez años después de ese pedido de captura, sigue sin saberse nada. No hay detenidos. En 2004 comienza una investigación, a cargo del Fiscal Alberto Nisman, por sospechas de encubrimiento desde el estado argentino y a favor de los culpables.
En 2012 dos de los acusados salieron a la luz pública como candidatos presidenciales de Irán. Nadie los detiene. En 2013 el estado argentino, encabezado por Cristina F. de K., firma un acuerdo con Irán. La investigación de encubrimiento continua. Hacia 2015, tras once años de investigación, Nisman decide presentar una denuncia por encubrimiento contra altos miembros del estado argentino, entre ellos la cabeza del estado. Se conoce la noticia de la denuncia de Nisman los primeros días de enero. Se le cita a declaración ante el congreso la semana del 19 al 23 de enero de 2015. El 18 de enero amanece asesinado en el baño de su casa.
Comienza la investigación de la muerte de Nisman. El estado se encarga de destruir la imagen del fiscal. Se habla de lavado de dinero, evasión fiscal y otras glorias. No se habla del encubrimiento del estado. Tampoco se habla mucho del mal manejo de la escena del crimen. La fiscal encargada del asesinato de Nisman, Viviana Fein, está convencida de que Nisman se suicidó. La causa no toma otro camino. Antonio "Jaime" Stiuso, jefe de la agencia de inteligencia y espionaje de la Argentina hasta diciembre de 2014, declara ante la fiscal Fein a solas, nunca ante periodistas. Poco tiempo después se "auto" exilia en Estados Unidos por temor a que él o su familia sean asesinados. La fiscal sale a decir que Stiuso no dijo nada, sólo que no contestó las llamadas de Nisman días antes de su muerte.
Desde esa declaración a la fecha pasaron muchas cosas en la Argentina. Cristina y su grupo político salieron del gobierno. La jueza encargada de la causa de Nisman decidió al fin quitarle la causa a la fiscal Fein, quien seguía creyendo en el suicidio (sin huellas de Nisman en el arma ni restos de pólvora en el cuerpo de Nisman). El día de ayer, volvió Antonio "Jaime" Stiuso a declarar, ahora ante la jueza, la fiscal Fein y los abogados de las partes querellantes. Declaró por más de catorce horas. Involucró a miembros del gobierno nacional, miembros de inteligencia, en la muerte de Nisman. Hizo saber su convicción, que es la de todos los argentinos, de que a Nisman lo mataron por su trabajo de investigación contra el estado argentino.
Pero no sólo, Stiuso hizo saber que ya había declarado esto, meses atrás, ante Fein a solas. Al parecer Fein decidió falsear el acta de declaración de Stiuso y no incluyó esta declaración. Tal vez porque sería difícil hacerla consistente con su certeza sobre el suicidio. La jueza encargada, tras catorce horas de "impactantes" declaraciones (de acuerdo con los abogados querellantes), tomó dos decisiones. Primero, denunciar a la fiscal Fein por no incluir la declaración de Stiuso hace meses. Segundo, declararse incompetente y pasar la causa al foro federal. Hay una buena, simple y suficiente razón. Nisman era funcionario federal. No se suicidó. Lo asesinaron.
El atentado contra la AMIA es una muestra más de que en todos lados se cuecen habas. Un acto brutal y explícito contra la población civil de un estado que encubre el atentado y luego encubre su encubrimiento del atentado, para pasar después a negociar con los terroristas y asesinar al parlanchin al que se le ocurrió denunciar el encubrimiento del encubrimiento del encubrimiento, cuyo asesinato también fue (y sigue siendo) encubierto.
Acá en México seguimos encubriendo a los que día con día desaparecen personas. En todos lados se cuecen habas.