Juanita sabe que Pedrito tiene fobia a las arañas. Cada vez que Juanita quiere un favor, saca de su bolsillo una araña que guarda con recelo. Pedrito obedece. Cada vez que Pedrito amenaza con no jugar más, Juanita sugiere que Pedrito podría encontrar arañas debajo de su cama.
Mariquita sabe que Jorgito tiene pavor de parecer injusto, indecente, mala persona. Cada vez que Mariquita quiere un favor, saca de su bolsillo una araña que hace patente la injusticia que implicaría no hacerle caso a Mariquita. Cada vez que Jorgito se imagina un mundo más libre sin Mariquita, Mariquita pone una alfombra de indecencias bajo la cama de Jorgito, asegurando que hasta en sus sueños pueda ver lo inmoral que es todo ello.
Tomás sabe que Adriana tiene pavor a quedarse desempleada. Cada vez que Tomás se encuentra solo saca de su bolsillo una araña que le recuerda a Adriana que él podría conseguirle un empleo. Cada vez que Adriana amenaza con no estar cerca de Tomás nunca más, Tomás amenza con enviar un ejército de arañas mensajeras, para que todo el mundo sepa que Adriana es incompetente, para que siempre esté desempleada.
El huérfano tiene síndrome de abandono. Cada vez que la nena quiere un favor, saca de su bolsillo una araña que le recuerda al huerfanito lo solo que podría estar sino fuera por ella. Cada vez que el huérfano amenaza con no jugar más, la nena amenaza con irse lejos muy lejos por siempre y le recuerda lo profundamente solo que se está con las arañas que sólo a la muerte acompañan.
El juego del abuso es un juego infantil, como todo aquello que guarda una sutil perversidad, cuyo secreto consiste precisamente en ser infantil para no denunciarse jamás.