Demanda de Eternidad
Hay creencias que no podemos tener. Quien las tiene deja de ser. Hay creencias que no debemos tener. Son patologías, creencias mórbidas. No podemos creer, por ejemplo, que al termino de esta lectura todo reviente en un instante. El que lo crea revienta. Es curioso el funcionar de la mente. Todos sabemos de la muerte; pero nadie cree en ella. Todos dicen saber de sus consecuencias; pero nadie las logra imaginar. Tal pareciera que estamos biológicamente impermeabilizados ante la muerte. Siempre y cuando suceda a cierta distancia y con poca frecuencia, pasamos intocados por ella. Pero hay tormentas y tempestades. Y nuestra biología, se sabe, es incompleta, frágil e inútil. Cuando la tormenta es cercana resulta imposible cubrirse. No hay impermeabilización que sirva. No estamos hechos para creer que podamos morir y poder amar lo hace aún más difícil. Se antoja inútil amar cuando morir se puede. Un verdadero amor demanda una eternidad, a lo menos. Cualquier otro costo resulta inútil, embarazoso. ¿Por qué inventar más juegos? Vanidad de vanidades; todo es vanidad. ¡Quién nos manda creer cosas que no debemos!