La noticia salió un jueves. Creo. El tipo de virus gripal que es humanamente comunicable se había ramificado: los humanos no son inmunes. La noticia tuvo difusión federal. En pocas horas, global. Para el domingo el mundo entero estaba en pánico. Pero no sólo. También para ese entonces, los ciudadanos mexicanos se habían encargado ya de formular, recordar, o aceptar, un gran variedad de teorías de la conspiración. He aquí unos botones de muestra.
Teoría 1: Hay en el mundo un grupo de hombre (malos) poderosos (riquísimos), autodemoninados “illuminati” (serán kantianos?) que planean resolver los problemas de pobreza y calentamiento global de tajo: asesinando a los pobres. Así las cosas, los illuminati, con tanto poder y tanta maldad, han creado armas biológicas para alcanzar sus metas. El virus de la noticia no es sino el primer paso de los iluminados.
Teoría 2: México entero está gobernado por los narcotraficantes. La actual guerra “contra las drogas” a generado desasosiego entre los poderosos narcos. Se han visto obligados a plantar bombas en escuelas primarias a las que asisten hijos de políticos. Ante la alarma, éstos han decidido abrir la caja de Pandora e inventar una pandemia, logrando así una suerte de descanso en la tal guerra.
Creo que hay algo muy grave, algo terrorífico detrás de estas teorías y, sobre todo, detrás de la gran facilidad con la que se crean, aceptan, reproducen y fortalecen.
No es grave, por ejemplo, que exista la posibilidad del escenario “illuminati”. Tal posibilidad no es más que una broma. Aunque admito que quien lo inventó se merece unos aplausos. Tal vez debería buscar a Tom Hanks. Podría conseguir un gran proyecto cinematográfico.
Sí es grave, debe decirse, la gran relevancia que tienen hoy día los narcotraficantes en México. Su gran musculatura financiera genera, directa e indirectamente, problemas de gobernabilidad. Pero no es ésa la gravedad de la más reciente narco-teoría de la conspiración. Lo siento, pero no . Quien quiera que haya imaginado tal escenario debe preguntarse, en algún momento, cómo es que esos mismos políticos que no pueden sino subordinarse al narco mexicano logran sin embargo que el mundo entero les obedezca. E.E.U.U., Europa, Asia, África, Sudamérica, todos en pánico, todos cobardes, todos xenófobos (pero esa es otra historia). ¡Vaya sorpresa! Uno hubiera pensado que un gobierno tan subyugado al narco difícilmente podría subordinar al mundo entero (excepto al narco).
Ambas teorías son ridículas. Lo preocupante no es lo que dicen, sino lo que callan. Teorías de este pelo en contextos como el actual sólo son posibles en una sociedad que ha sido constantemente engañada, una ciudadanía constantemente defraudada y, por ende, incapaz de confiar en sus gobernantes. Tal vez me esté permitiendo demasiado hobessianismo en esta tarde de domingo, pero sospecho que cada vez más nos acercamos al terror. El terror de vivir entre personas incapaces de confiar en sus organización política es el terror de vivir entre personas capaces de tomar el poder en mano propia. El terror, sospecho, de volver al estado anti-estado, a la vida pre-judicial, a la preexistencia política. Es triste ver, en un contexto tan real como el que vivimos con esa nueva rama del virus gripal que los ciudadanos mexicanos se encuentran políticamente incapaces de creer lo que dicen sus gobernantes. Es, en pocas palabras, el terror de la conspiración.