Sunday, August 05, 2007

poesía fantasma

Hace tiempo intenté defender que las mitologías son producto del amor. Dicho más burdamente, prentendí sostener que el amor resulta necesario para la vida y que los fantasmas y religiones son resultado de su ausencia. Amamos tanto que no podemos permitirnos la huida. Desde entonces vivo un poco convencido, un poco injustificado también, creyendo que la religión es una adaptación poco ventajosa ante las desaveniencias de una adaptación claramente evolutiva: la capacidad de amar entre los miembros de la especie humana. Así nos permitimos construir casas e igualmente derruirlas. Por eso en su ausencia es necesario inventar su permanencia eterna. Los fantasmas son la solución preferida.

Desde entonces no he querido y, por ende, no he logrado encontrar otras razones, otros contextos más útiles, más claros a favor de tal postura. Recién encuentro lo que tomo por ser la misma afirmación pero en forma versicular. Éste es de Vallejo. Cabe señalar la gran aportación de Vallejo. Los fantasmas son de propiedad común. De otra manera no sirven, no amedrentan, no existen.

MASA

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras; te amo tanto!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes!¡Valor!¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor, y no poder nada contra
la muerte!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombre de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...


Hay golpes en la vida tan fuertes...
Cesar Vallejo
Editorial Andrés Bello